Claudio Duarte
Rosa siempre había sido una mujer fuerte y activa, pero en los últimos meses comenzó a sentirse cansada con frecuencia. Un día, tras una caminata corta, sintió un dolor extraño en el pecho, destellos de luces, pitido en el oído. Preocupada, decidió visitar su centro de salud. Allí, su médico le habló del Programa de Salud Cardiovascular (PSCV) y la invitó a registrarse y conocer la plataforma en línea.
Rosa ingresó al sitio web usuarios.miaps.cl/pscv. Desde el primer momento, todo fue sencillo. La plataforma le ofrecía herramientas claras para controlar su presión arterial, consejos prácticos para mejorar su alimentación y rutinas de ejercicio adaptadas a su condición. Además, podía revisar sus resultados y metas de salud desde su celular, sin necesidad de largas filas en el consultorio.
Pero lo que más le gustó a Rosa fue la sensación de no estar sola. A través del PSCV, su médico seguía sus avances, y Rosa podía comunicarse con su equipo de salud cuando tenía dudas. Con el tiempo, empezó a sentirse mejor y más segura. Aprendió que pequeños cambios diarios, como caminar 20 minutos o incluir más frutas y verduras en su dieta, podían marcar una gran diferencia.
Rosa ya no solo se sentía mejor físicamente, sino también emocionalmente. Cada vez que ingresaba al PSCV, veía un recordatorio: “Tu salud está en tus manos, pero no estás sola”. Ese mensaje la motivaba a seguir cuidando de su corazón y a disfrutar de los momentos que realmente importaban: jugar con sus nietos, compartir una comida en familia y bailar con sus amigas.
Rosa comparte su experiencia con otros vecinos, animándolos a visitar el sitio y tomar el control de su salud. Porque ella sabe que el PSCV no es solo una plataforma; es una herramienta que salva vidas.